El comportamiento de apego es concebido como toda forma de conducta que consiste en que un individuo consigue o mantiene proximidad a otra persona diferenciada y preferentemente individual y que es considerada, en general, como más fuerte y/o más sabia. Especialmente evidente durante la temprana infancia y propio de los seres humanos, desde la cuna hasta la sepultura.
Desde la Teoría del Apego, base de toda Crianza con Apego, se parte de la existencia de una interacción primitiva desde el mismo momento del nacimiento, donde esta interacción es fundamental para un óptimo desarrollo del bebé.
En su concepción acerca del mantenimiento de proximidad, la teoría del apego, destaca los rasgos siguientes:
El concepto de apego difiere mucho del de la dependencia. La dependencia no se halla relacionada específicamente con el mantenimiento de proximidad, no está dirigido a un individuo específico, no implica un vínculo duradero, ni va necesariamente asociado a un sentimiento intenso. Tampoco se le atribuye ninguna función biológica.
En el caso de una Crianza con Apego seguro, se considera que la madre proporciona a su hijo una base segura a partir de la cual explorar y a la que puede volver, sobre todo cuando se siente cansado o tiene miedo. Durante el resto de su vida, es probable que una persona muestre el mismo patrón de comportamiento, apartándose de aquellos que ama en distancias y durante periodos cada vez más largos, pero manteniendo siempre contacto y volviendo más pronto o más tarde. Todo aquel que carezca de una base así se sentirá desarraigado e intensamente solo.
Desde la Teoria del Apego, se mantiene que realmente el bebé nace con una intensa tendencia a aproximarse a ciertos estímulos para protegerse. Nace programado para buscar la proximidad de una fuente de seguridad, que es la madre o su sustituto habitual Es la base de toda Crianza con Apego.
En el momento del nacimiento y durante los primeros meses de vida, se produce verdaderamente un enamoramiento que debe ser complementario. Si la mamá se enamora del bebé y el bebé se enamora de la mamá realmente son uno. Entonces, la mamá, como un adulto sensible que está enamorada de su bebé, intenta acompañarlo en su autorregulación ofreciéndole en cada momento lo que necesita. El adulto siente cuándo el bebé tiene hambre o sueño, cuándo quiere que lo cojamos en brazos, o moverse, o cuándo tiene frio o calor, ….
Un vínculo seguro implica que el adulto tiene la sensibilidad de percibir y satisfacer sin demora las necesidades del bebé/niño para que éste se sienta reconfortado y satisfecho de nuevo. Lo que garantiza un apego seguro es la respuesta sensible y ésta hace la función de organizador psíquico.
Pero tiene que ser una relación coherente. Si el adulto va respondiendo al bebé de esta manera (inmediata y acertadamente), él va interiorizando que el mundo es seguro, que merece la pena vivir, que él es importante y muy querible. Los niños menores de 2 años no tienen los conceptos del tiempo y espacio incorporados, por lo que no se les debe hacer esperar, para ellos un momento es una eternidad.
Todos estos cuidados, le proporcionan al bebé unas experiencias de placer y seguridad posibilitando su regulación, y que las relaciona con el adulto que se las ha proporcionado, creando hacia el adulto la confianza de que a su lado siempre todo irá bien, se trata de un apego seguro, base de toda Crianza con Apego.
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